Exposición individual no oficial titulada Receptación, realizada en el Café New York, ubicado en el 2º piso de la galería del Edificio Amanecer en Concepción. La muestra estuvo abierta desde marzo a octubre de 2008. Las obras expuestas correspondían a la serie El ángel Indulgente (1998), xilografías donde emerge la imagen del ángel de pequeñas alas truncadas, que relata su periplo por diversos estados emocionales, espacios sanitarios, junto a esferas, larvas y criaturas sexuadas al borde, una cita directa a las letanías sobre la epidemia del sida local construidas por el artista a finales de los años 90 y a comienzos del nuevo siglo.
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La exposición fue montada en el “café con piernas” que era un pequeño espacio oscuro, atestado de neón verde y azul, donde había una barra muy angosta y sillas para sentarse alrededor, una heladera iluminada con bebidas, cervezas y tragos. Tres mujeres exuberantes detrás de la barra atendían al público con lencería diminuta y taco alto. En las murallas, un poco a modo de diálogo y también con un pequeño atisbo decorativo, se presentaban siete xilografías enmarcadas, entre el humo del cigarro y la música a todo volumen.
¿Cómo llegó a exponer allí? El artista rememora: “Todo comenzó cuando, en marzo del 2008, desconocidos entraron a la bodega del edificio en el cual vivo y se robaron nueve xilografías enmarcadas y maravillosamente embaladas. Puse la denuncia ante Carabineros y, tiempo después, el caso quedó archivado por falta de pruebas y antecedentes. Pasó el tiempo y, en el mes de octubre del mismo año, uno de mis sobrinos se comunicó para preguntarme si estaba por casualidad exponiendo mis obras. Yo respondí que no, y al momento me mandó una foto de mis grabados colgados en un café con piernas en el centro de Concepción. Me dirigí a la fiscalía para aportar esta información, dieron curso al procedimiento, solicité que policía de investigaciones interviniera. No me aguanté y pasé al café con piernas. No había clientes quizás por la hora. Era alrededor de las 13:00 horas, bebí una bebida y a una de las chicas le pregunté por los cuadros que colgaban en el local sin manifestar que eran de mi autoría y propiedad. Me contó que su jefe los compró para decorar las murallas. Horas más tarde, el operativo de la policía de investigaciones se llevó detenida a una de las encargadas del local y retiraron siete xilografías que con el paso de los meses ya estaban dañadas por estar en un ambiente de fumadores. Tiempo después en el juicio comprobé que eran de mi autoría aportando pruebas de ello y la imputada declaró que los encontraron tirados en la basura. Llegamos a un acuerdo monetario para que no quedara con sus documentos manchados. Yo recuperé algo de dinero por el daño. Estos hechos los difundí en la prensa local y con el tiempo agregué este hito a mi curriculum como una exposición no oficial llamándola Receptación por la figura legal del delito. Hasta el momento se encuentran dos xilografías extraviadas-robadas sabe dónde… Las obras que aún no aparecen están en el registro de Policía Internacional y PDI. Lo curioso de todo esto es que alguien sabía donde guardaba mis obras, ya que sólo eso robaron, habiendo muchas otras cosas más fáciles de reducir en el comercio informal. Además aconteció una seguidilla de robos de obras de artistas locales, los cuales jamás denunciaron”.
Receptación, exposición individual. Sin registro de la muestra, dos notas de prensa digitalizadas. Archivo personal del artista.