Fotoperformance individual titulada Crucifixión Medicamentosa, realizada en la azotea del edificio donde reside el artista en la comuna de Concepción, el 16 de diciembre de 2008, en el contexto del proyecto de creación Fondart Regional 2008: Espacios Vitales, que constó de cinco instalaciones que reflexionaban sobre la discriminación hacia las personas viviendo con VIH en espacios sanitarios y sociales, además de abordar en específico la ingesta de medicamentos antirretrovirales, sus efectos negativos colaterales, contaminando e interviniendo una iconografía cristiana desde una estética que podría ser alusiva a la danza butoh. El registro fotográfico fue pensado para ser impreso e integrado en una caja de luz como dispositivo de exhibición.
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Respecto a la obra: en una de las murallas el artista instaló una sábana blanca de hospital y, sobre ella, un paño rojo con dripping. En la parte superior, ensambló un cartón forrado con fondo de prospectos de medicamentos antirretrovirales con pintura de colores rojo anaranjado y amarillo en los bordes, sumando cajas de medicamentos antirretrovirales bordados con lana roja más un signo positivo hecho de blísters (tira vacía de medicamentos) plateados de fármacos antirretrovirales y, en el suelo, una sabana blanca de hospital.
En esta fotoperformance se presenta el artista sin alterego (ni Áreasucia o el Ángel Indulgente), su cuerpo completo está pintado con maquillaje y pintura blanca, también su rostro. En la acción el artista porta una corona de sarmientos de rosa pintados de rojo, amarillo, blanco y azul; en el pecho presenta una impresión de un corazón en llamas y un paño de pureza (perizona), además de guantes quirúrgicos con marcas de pintura roja representando los estigmas de Jesús que le provocaron en el calvario de la cruz.
“La acción transcurre con mi cuerpo – estatua como si estuviera crucificado, hago gestos y muecas grotescas, padezco. En mi boca tenía una suerte de vómito tripal rojo con medicamentos antirretrovirales. Luego vomito de verdad, sentado, desconcertado me comí la impresión del corazón en llamas…. el sagrado corazón”, relata Moscoso.
El estado de catarsis del artista durante el desarrollo de la performance se vuelve un calvario “de la cruz infecto”, según sus propias palabras, donde intenta retratar la plaga, la peste rosa, y citar a las llamadas “chistosas”… (personas viviendo con VIH en la jerga de las disidencias sexuales). Su cuerpo abyecto cuestiona las estructuras de poder, tanto religiosas como políticas, que según comenta el artista: “bailan y le coquetean al fascismo”. Por ello, se trasviste de Jesús, mostrando los estigmas, creando metáforas alegóricas entre el padecimiento del cordero de Dios y la ingesta de los cóctel de TARV. Posologías colmadas e imposibles de tragar, de gran toxicidad. Los efectos colaterales de la epidemia silenciosa en “vías de normalizarse”.
Crucifixión Medicamentosa, fotoperformance, 2008. Registro fotográfico digital, registro master de video y afiche digital. Archivo personal del artista.








Datos técnicos registro en video
Lugar: Taller del artista Concepción
Producción y performance: Guillermo Moscoso
Registro de video: Patricio Wernekinck/ Ángela Neira
Edición y montaje: Guillermo Moscoso
Duración: 2’06’’