Foto performance individual titulada La última cena del día, realizada el 31 de diciembre de 2009 en Tucapel 91, Concepción, domicilio del artista. Esta pequeña acción fue un rito de fin de año, una acción de nochevieja en el convulsionado escenario político de entonces. En un período de campañas electorales, que luego tendría como electo a Sebastián Piñera, el primer presidente de derecha elegido desde el retorno a la democracia en Chile (1989), “siento que la patria como territorio desaparece, se vende al mejor postor, la alegría jamás llegó (aludiendo al eslogan de la campaña política de la opción del plebiscito que terminó con la dictadura)”.
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En el comedor de su casa, de murallas amarillo ocre, instaló una tela roja con dripping blanco en la muralla; de mantel de mesa, utilizó una sábana de hospital blanca, y encima un individual cruadrillé navideño. La mesa estaba servida: sobre el plato yacía una bandera patria doblada a modo de servilleta y números de calendario recortados, tres copas, una vela navideña y un bambú de agua. En esta acción íntima, está presente el alter ego Áreasucia, quien viste una blusa blanca, rostro entalcado, un cono de papel periódico de gorro coronado con cinta hecha de clavos, y -como es ya usual en él- guantes quirúrgicos.
“La acción consistía en beber y comer una bandera patria, sacarla de mi boca, estirar la bandera, presentarla, todo con gestos retorcidos y algunos espacios contenidos e impávidos», detalló el artista.
Sobre el fundamento y contexto político de esta obra, Moscoso confiesa: “Nuestra Patria se diluye a portas del Bicentenario… La única posibilidad concreta es NO olvidar jamás todos los atropellos a los derechos humanos, la discriminación travestida de tolerancia e inclusión. La última cena del día es un rito necesario para no olvidar, recuperar la memoria, conmemorar el pasado, éste término y comienzo de un año incierto… la esperanza como propósito. Resistencia y rebeldía”.
En esta acción, es la primera vez que Guillermo Moscoso usó un temporizador en la cámara fotográfica. De esta forma, fue posible registrar su trabajo y en adelante se permite desarrollar varias acciones con el nuevo lenguaje de la foto performance, “una suerte de cuadro a cuadro, es súper cansador, pero da autonomía, permitiendo trabajar con las herramientas que tengo a mi alcance”, concluye el artista.
La última cena del día, performance, 2009. Registro fotográfico digital por Guillermo Moscoso y afiche. Archivo personal del artista.

















