La Travesía del Desconcierto, performance individual realizada en el Foro de la Universidad de Concepción, en el contexto de ALUMNI, Festival Internacional de Arte de Performance en Concepción. Grandes Maestros y Discípulos, realizada el 14 de octubre de 2010. El encuentro fue organizado por Perfolink, cuyo director era el performer Alexander Del Re.
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La acción fue una reflexión propuesta por el artista en torno a la falta de políticas públicas sanitarias en la promoción del uso correcto y sostenido del condón, y la ausencia de campañas públicas que propendieran a la disminución de la prevalencia del virus VIH en la población de Chile. “Esta situación vulnera a todos los ciudadanos por la falta de información, muchas veces manipulada por las presiones de los poderes fácticos, ya sean las instituciones religiosas, la doble moral de los católicos, protestantes y fascistas de ultraderecha del Opus Dei”, critica Guillermo Moscoso.
La programación del festival ALUMNI contemplaba performances de artistas locales, provenientes de Santiago y del extranjero, más un conversatorio en el auditorio de la Facultad de Humanidades y Arte de la UdeC. Participaron los artistas locales Adriana Rabanal, Álvaro Pereda (Alparoa), Jorge Grandón y Guillermo Moscoso; de otra regiones del país: Macarena Perich (Punta arenas) y Colectivo Antagonismo (de Santiago); del extranjero Marilyn Andén (EEUU), Alastair MacLennan (Irlanda del Norte), Helge Meyer (Alemania), Paola Yee (México), Kirk Amaral Snow (EE.UU.), Sinead Bhreathnach-Cashell (Irlanda), Hester Draycott (Reino Unido/Chile), Dell Hamilton (EE.UU.), Inti Pujol (Argentina) y Paola Paz Yee (de México).
La performance aconteció en las inmediaciones de los baños del foro universitario, ante una gran cantidad de público. En esta acción estaba presente el alter ego Áresucia con una estética dark, vistiendo de negro, zapatos de charol con taco y un abrigo, también porta una estola clerical, guantes quirúrgicos, vendas de tela blanca, su corona de clavos y un cono negro en la cabeza, además del rostro entalcado.
“Todo simula ser un box de sala de emergencia. Había una caja de madera forrada con polietileno negro para contener líquido que simula ser semen, mucho semen, condones y una copa roja de cristal. La performance comienza con mi cuerpo de rodillas en signo de adoración al semen simulado, contenido en la caja, emerjo lentamente con gestos grotescos, miro y observo al público, comienzo a abrir envases de condones, los desenvuelvo y con la copa recojo semen y lo pongo dentro de los condones. Luego los inflo, les hago una amarra y los voy tirando hacia el público, tratando de alcanzar a las personas que presencian la performance, algunos se revientan en ese momento dejando la huella seminal en el cemento, otros condones permanecen estoicos”, rememora el artista.
Moscoso recuerda que llegó a este encuentro-festival por gestión de Jorge Grandón, “ya que este amigo y artista de performance, por aquellos años estudiante de la Escuela de Arte UdeC, había sido invitado a formar parte de la producción y gestión a nivel local del proyecto de Alexander Del Re, artista de performance con una amplia trayectoria con base en Valparaíso hasta ese entonces. Este proyecto fue financiado por el Fondart Nacional. Claramente el trabajo de Jorge Grandon sería pagado, al igual que el gasto de materiales que los artistas incurrieron en la producción de obra. Se comprometieron 40 lucas ($40.000). El señor Alexander Del Re, como verdadero patrón de fundo, vigilaba cada performance, constatando las materialidades y luego verbalmente las comparó con las boletas rendidas por cada uno de los artistas. En lo personal no recibí retribución por los materiales invertidos en la performance, ya que el director del festival se escudó en que los materiales presentes no podían ser costeados por las 40 lucas, ya que claramente eran de mayor valor. Sin duda, ya que reutilicé objetualidades de mi acervo de materiales, pero también compré otros insumos, como fieltro para el cono, los elementos para simular el semen, el traslado ida y vuelta de todos estos materiales, entre otros detalles. O sea no se me pagaron los gastos que realicé y que estaban comprometidos. Y eso que pasé las boletas”, denuncia el artista.
A lo que agrega: “También me enteré que a Jorge Grandón no le pagó sus honorarios, dando la burda explicación de que no había realizado bien su trabajo, y eso claramente no fue así. Sólo decir que este señor mafioso es simplemente un sinvergüenza que plantó su festival en otra región del país, explotó y se aprovechó de gestores culturales locales, usó a artistas para su conveniencia, y luego si te he visto no me acuerdo, y de esas lacras existen muchos/as. Además que su modalidad o concepto de festival, la discusión sobre los maestros y discípulos, no tenía nada que ver con la realidad local de Concepción, donde todes nos hemos formado en su gran mayoría de manera autodidacta, jamás hemos tenido maestros”, enfatiza.
La travesía del desconcierto, performance, 2010. Registro fotográfico digital realizado por Carla León, afiches digital. Archivo personal del artista.



















