Juego de niños/as… Las tacitas

Fotoperformance realizada en dos sitios eriazos colindantes a la población histórica Aurora de Chile de Concepción, el 5 febrero de 2012. En esta obra, Juego de niños/as… Las tacitas, el performer tematiza los juegos de las infancias con sesgos sexistas que se expresan en los modelos de crianza chilenos, como una propuesta de transgresión de esos roles de género desde un imaginario entre perturbador y naif, “ahondando en la memoria y la autobiografía cuando niñe”, relata Guillermo Moscoso.



Esta obra transcurre en dos lugares próximos a la población Aurora de Chile, asentada históricamente a las orillas del río Biobío en Concepción, contexto que el artista rememora: “El primer lugar estaba situado en unos pastizales secos (…) Cerca del memorial de los Detenidos Desaparecidos (obra de Sandra Santander), en una vereda tipo ciclovía que conecta donde actualmente está el Teatro Biobío. Mientras que el segundo sitio fue en el ‘muñón’ de las ruinas del Puente Viejo, una estructura de cemento de hormigón. Y, de fondo, el río Biobío con el puente mecano aún instalado post terremoto”. 

Para esta acción, el artista creó un texto-poema que fue escrito durante el proceso creativo de la obra:

“Desperté dentro de un sueño, en el cual era padre… Recorrí amplias extensiones para jugar y escuchar los balbuceos que produce el silencio de tu voz… En el último rincón del patio, lejos de las miradas, lejos de los juicios y burlas juego a las tacitas con los juguetes desechados por mi hermana… ¿Cuántas de azúcar?… – mmm tres. ¿Cómo está su señor esposo? – Ma o menos nomás, está relegado, eso sí. No le cuente a nadie… ¿Pero por qué? – Por pensar y ser distinto… He despertado en un sueño, en el cual el tiempo no tiene límites y los sonidos son reverberantes en medio de un viaje que me lleve a un lugar seguro donde jugar… Lejos de las miradas y burlas que producen las estructuras y dictámenes sociales… Desde el borde contemplo la inmensidad del tiempo, y en el viento el llamado de mi Madre me devuelven a la realidad…”

En la primera parte de la fotoperformance, Guillermo Moscoso duerme recostado entre los pastizales secos del gran sitio eriazo colindante a la población Aurora de Chile. Luego camina sin rumbo, cargando una canasta y en la otra mano un muñeco. Al llegar a una ciclovía, se recuesta y se duerme. Mientras sueña, despierta en el muñón de las ruinas del puente viejo y dispone todos los objetos sobre el cemento para realizar una suerte de  picnic, donde se dispone a tomar el té junto a su muñeco. Pero antes de ponerse a jugar se pone la máscara de cuervo.   

Agrega el artista: “Esta obra reflexiona sobre los juegos de infancia asignados a hombres y mujeres, rememorando los que jugaba en mi infancia en secreto ya que -existia y aún persiste- el prejuicio respecto a los roles de género y, sobre todo, el castigo que viene cuando uno los transgrede, enfrentándose a la discriminación y estigma sobre las infancias diversas. La máscara representa en esta obra el ocultamiento, esa identidad que busca protegerse del medio que nos violenta (…) El secreto en juegos de infancia, en solitario, como un espacio seguro para poder ser y descubrir, y así formar una identidad proscrita fuera de la heteronorma”, sostiene.

Juego de niños/as… Las tacitas, fotoperformance, 2012. Registro fotográfico digital por Guillermo Moscoso. Archivo personal del artista.