Participación del artista en exposición colectiva Cuerpos Rebelados: La performance en Concepción curatoría de Carolina Lara, con el video performance “La reconstrucción de un trozo de nuestras vidas” (2012) y registro fotográfico de performance “Impacto de Emisiones” (2011), en este contexto el performer realizó la acción «Mi mesa está vacía en este último almuerzo», en la Sala Multiuso de la Biblioteca Viva de Antofagasta. La muestra estuvo abierta al público entre el 21 junio y el 24 julio de 2012.
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La curaduría de la muestra reflexiona acerca del trabajo de artistas de la performance provenientes de Concepción, así lo da cuenta el texto producido por Carolina Lara, disponible a consulta en Escáner Cultural:
La escena del arte contemporáneo en Concepción ha tenido un desarrollo bien particular en comparación al resto del país, que se dibuja a fines de los años 90 y comienzos de los 2000 con la confluencia de artistas que regresan tras largas estadías en el extranjero, principalmente desde México, y de una generación más actualizada e inquieta respecto a nuevas exploraciones en los lenguajes artísticos. Ciertas condiciones –no obstante comunes a otras regiones– detonan un fenómeno especial: la falta de espacios de exhibición, de coleccionismo, de reflexión, de editorialidad, de políticas culturales eficientes, la preeminencia de la academia y el centralismo, provocan una reacción crítica que no se ha dado en otra región del país, ni en Santiago siquiera, dada a trabajar con la acción, con el cuerpo, con la intervención de la ciudad y del paisaje, con la performance. El cuerpo se subleva, se rebela y revela el malestar de un grupo de artistas frente a su inhóspito contexto, buscando instancias más inmediatas y efectivas de interpelación, prácticas necesariamente marginales. Desde este cruce de palabras y gestos extremos, se construye “Cuerpos rebelados: la performance en Concepción”. La muestra es un acercamiento a lo que ha ocurrido los últimos años en esta ciudad en torno a prácticas donde lo esencial ha sido la irrupción del artista en espacios comunes y cotidianos desde una situación de precariedad total, pero con un poder expresivo capaz de prescindir de los aparatajes institucionales o de circuito. A través de algunos exponentes significativos de este movimiento: Guillermo Moscoso, Natascha de Cortillas, Luis Almendra y Alperoa (Álvaro Pereda Roa), se encuentran obras claves, diversos formatos y materialidades, como son video, fotografía y objetos, registros de trabajos realizados los últimos años e incluso algunas propuestas inéditas. Son situaciones e imaginarios que por primera vez se relacionan, invitando a elucubraciones sobre los nexos y aportes posibles de un grupo poblado por varias individualidades y colectivos. Los artistas representan cuatro momentos de una historia que se remonta a mediados de los años 90: Guillermo Moscoso (1972) se formó por entonces en grabado, derivando a la performance con un trabajo que ha ocupado galerías, el paisaje y zonas periféricas. En la muestra, está con una propuesta inédita, registros fotográficos de “Impacto de emisiones” (2011, Laraquete), donde da cuenta de algunas constantes en su trabajo: la teatralidad, el tema de la memoria, la presencia de un alter ego –generalmente un ángel, el Ángel Indulgente– que asume los propios dolores y los del entorno a través de ritos y gestos retorcidos (…) Estas prácticas aquí representadas no lucen solitarias en la historia cultural de la capital del Bío Bío, sino tienen antecedentes poco estudiados en el teatro experimental, en la poesía, y en las movilizaciones contra la dictadura de los años 80. Según reconocen algunas voces del grupo, en los años 90 se van conformando repertorios de trabajo desde la desnudez del cuerpo, la utilización de la sangre, el tema de la homosexualidad y la transexualidad, de la discriminación, desarrollándose luego acciones que buscan además el humor, la confrontación con el flujo urbano, la apelación al transeúnte como espectador o participante de la obra de arte, el trabajo en red y la utilización de la web como plataforma de visibilización y circulación.
Respecto a este hito expositivo desarrollado en el norte de Chile, el artista rememora:
“Para esta exposición tuve la oportunidad de viajar a Antofagasta junto a la artista Natascha De Cortillas, gracias al apoyo económico de Artistas del Acero. Fuimos recibidos por los organizadores del proyecto: la artista Dagmara Wyskiel y el productor Christian Núñez, los cuales eran parte del colectivo “Se Vende”. En la actualidad Dagmara es directora y Christian productor general de la Bienal SACO. Ellos fueron muy buenos anfitriones. Junto a Natasha y Carolina Lara tuvimos una nutrida parrilla de actividades. Para la inauguración Natasha realizó una performance en la sala de exposiciones y pasillos del Mall donde está ubicada la sala, mientras que yo, al día siguiente, el 22 de junio realicé una performance en la sala de exposiciones titulada Mi mesa está vacía en este último almuerzo, obra que ahonda en la memoria del VIH/sida, durante la tarde asistimos y fuimos partícipes de una charla denominada “Curatorías y curadores en la escena del arte actual” en el Centro Cultural Estación. y al día siguiente, el 23 de junio junto a Natasha, realizamos obras de performance para ser registradas en video en el desierto, cerca de Antofagasta, yo realicé la obra que titulé La celebración. Nos apoyamos realizando los registros de nuestras performance”.
Cuerpos Rebelados: La performance en Concepción, 2012. Exposición colectiva y performance. Registro fotográfico digital, afiche, catálogo y recorte de prensa digitalizados. Archivo personal del artista.










