Performance La reconstrucción de un trozo de nuestras vidas, producida en el camino interportuario que une las comunas de Talcahuano y Penco en la región del Biobío, el 24 febrero de 2012. Esta acción fue realizada en el marco de la conmemoración de los dos años del terremoto y tsunami del 27/F en Chile. El alter ego Ángel Indulgente presenta una reflexión poética y crítica sobre las políticas de vivienda, el desapego y arrebatamiento de lo cotidiano.
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El registro en video de esta acción ha sido expuesto en diversos espacios de artes visuales de Chile y Latinoamérica: en el “Encuentro de performance En Vivo y Diferido” en Bogotá, Colombia (en abril 2012); en la exposición “Cuerpos Rebelados”, en Antofagasta (junio de 2012); en la exposición “Las Réplicas del Arte” en la Pinacoteca Universidad de Concepción (octubre de 2016); en la primera retrospectiva del artista, titulada “Cuerpo, Memoria y Activismo”, curada por Carolina Lara y exhibida en la Pinacoteca UdeC (2016); en la ciudad de Los Ángeles, en la Sala Anarko Bermedo; en la Sala de Extensión Cultural de la Universidad del Biobío de Chillán; en el Centro Cultural en Tomé (2018), en la muestra “La Pinacoteca en el Museo” en el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile (2020); y en el proyecto curatorial “Todavía Somos el Tiempo”, en el Centro Nacional de Arte de Cerrillos, en Santiago de Chile (2023), siendo el registro en video y set de tres fotografías de esta performance seleccionado por el programa de adquisiciones del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Patrimonios del Gobierno de Chile, en 2020.
“Esta acción está inspirada en la performance de mi autoría llamada La búsqueda de mi calzado, que es parte de la publicación ’Performance: Reconstrucción de la memoria’ junto a Álvaro Pereda (Alperoa). Cuando en el año 2010 realicé una de las performance en el camino interportuario Talcahuano – Penco, que fue incluida en ese catálogo. En esa oportunidad, no pude llevarme el memorial de zapatos que construí, ni los objetos con los cuales trabajé, los que recolecté aquel año en la costa del camino interportuario. Cuando imaginé realizar una nueva performance en el contexto conmemorativo de la catástrofe, me propuse ir a buscar el memorial, el cual encontré enterrado por la arena de la playa. Mi vestimenta es un vestido ceñido al cuerpo con un gran faldon de plástico, un tul blanco en el cuello, vendas blancas con una corona de clavos y un cono negro en la cabeza, guantes quirúrgicos,y tambien llevo una maleta redonda, de donde voy sacando ciertos elementos que voy ocupando en el desarrollo de la acción”, describe Guillermo Moscoso.
Para la producción de esta performance, el artista escribe un texto en su blog web, donde publicaba sus escritos y noticias en aquellos años:
“En la inmensidad del territorio,
en medio del vacío…
Bajo el nublado sol
y el ruido ensordecedor de la ciudad a lo lejos…
Me pierdo en la búsqueda de un memorial,
zapatos olvidados, dejados a merced de las olas, el viento,
el sol, la lluvia y el frío…
Me pierdo en la indiferencia que deben soportar miles de personas
en las aldeas de emergencia…
Lejos muy lejos de los porcentajes presentados
por el Gobierno en torno a la reconstrucción de papel…
Me pierdo en la falta de respeto desde el poder
y me cobijo en la dignidad
de aquellos sin tierra y sin patrimonio…
Me pierdo en medio de aquellos que se resisten a desaparecer
con la farandulización de la tragedia”.
Sobre esta acción, el artista rememora: “Para esta producción he vuelto después de un año al lugar, en busca del susurro de pequeñas historias disgregadas a la voluntad del tiempo… Obligadas a permanecer impávidas esperando una caricia, una mirada que encienda y conecte algún corazón olvidadizo, con aquella gracia de desaparecer esperando un beneficio oficial… Camino tratando de ubicar el lugar exacto y por si acaso recojo otros calzados, si es que no llegase a encontrar los pasos que dejé abandonados por el cansancio… En medio del olor a muerte y contaminación, del rugir del mar y graznido (sic) de mis alas de gaviota, las cuales me alientan a seguir con mi maleta, repleta de pequeñas viviendas de emergencia: mediaguas… modelos para armar y tapar las bocas. Entre la alegría y el desconcierto divisó el memorial de zapatos sumergido en la arena, con la maleza crecida, estoicos esperando mi regreso, como un símbolo de renovación contra la falta de memoria y la apatía desbordante que ha dejado solo réplicas en mi alma».
“En esta performance, me acompañó Jorge Grandón con el registro en video; también se sumó Claudia Jofré, quien realizó el registro fotográfico. Fue una jornada intensa y esta vez no me resistí a dejar los zapatos abandonados, me los llevé a mi casa, dos sacos repletos. Los guardé en mi taller, para revivirlos en algún montaje que tenga que ver con esa obra”, comenta el performer.
La reconstrucción de un trozo de nuestras vidas, performance, 2012. Registros fotográficos autoría de Claudia Jofré, registro de video autoría de Jorge Grandón, y bitácora de performance.




























Datos técnicos registro en video
Lugar: Camino interportuario Talcahuano – Penco
Producción y performance: Guillermo Moscoso
Registro de video: Jorge Grandon
Edición y montaje: Daniel Erbo Caro
Duración: 10’34”