Performance individual producida en la Multisala de la Biblioteca Viva de Antofagasta, el 22 junio 2012. En esta acción el artista se transforma en vivo en su alter ego El Ángel Indulgente, llevando el imaginario de la epidemia del VIH/sida a cruzar las fronteras geográficas, y estableciendo un diálogo con los asistentes a la acción. En esta performance Mi mesa está vacía… En este último almuerzo, Moscoso retrata lo que en sus palabras es un “imaginario retro” frente a posturas más actuales, donde el padecer y las diversas violencias sociales que recaen sobre los cuerpos.
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Sobre esta acción en Antofagasta, el artista comenta: “Una vez más realizó una performance donde como y ‘me alimento’, mientras todo se transforma en un altar, mi caballito de batalla insistente, necesario de llevar a otros territorios. Sobre todas las cosas que he realizado, han destacado mis obras relacionadas a mi activismo en torno al VIH/sida, y mi incesante rescate de la memoria local de la epidemia del sida en el Biobío. Suelo cambiar el nombre de la obra según la ocasión o contexto y en este caso realizaría la performance a medio día, por eso lo del último almuerzo en el título. Ahí estuvo El Ángel Indulgente en su delirio mortuorio, evocación y conmemoración por todos los fallecidos a causa del sida, un imaginario retro para algunas posturas más actuales, sin embargo mi insistencia en mi obra es el no olvidar la violencia sistemática de un sistema que estigmatiza a los afectados por esta epidemia silenciosa. Mi transformación en vivo, espacio para compartir mis motivaciones del por qué poner el cuerpo en una performance, desde lo biográfico a lo colectivo, una estrategia de mediación de los contenidos de esta performance, acción que algún día me gustaría versionar sin alteregos, quien esté presente sea yo Guillermo Moscoso”.
El lugar donde se realizó esta performance fue al interior de la sala de exposiciones de la extinta Biblioteca Viva, en diálogo con la muestra Cuerpos rebelados: La performance en Concepción, curaduría de Carolina Lara, ahí el artista dispuso diversos objetos de una estética hospitalaria, mientras que la acción fue encarnada por uno de sus alter ego, así lo detalla el performer:
“En esta acción está presente El Ángel Indulgente. Como de costumbre, me visto del ángel y mientras me travisto comparto mis reflexiones de la obra que voy a realizar. Menos mal que en mi maleta puse un ramo de flores plásticas con las que viajé, ya que en Antofagasta con suerte hallé pasto seco, nada de nada, sin flores naturales, y si encontraba el precio era un asalto. La tierra del lugar tenía gusto a metal y aceite viejo quemado. Esta obra la realicé en el día de mi cumpleaños, muy lejos de mi hogar y de mi familia…”
Mi mesa está vacía… En este último almuerzo, performance, 2012. Registro fotográfico realizado por Christian Rodríguez. Archivo personal del artista.
